La singular volumetría de esta vivienda da respuesta a una geometría de parcela compleja. Al acusado desnivel de la topografía se suma la ubicación en curva, por lo que la parcela se va estrechando a medida que desciende. Por ello, se plantea una vivienda en tres niveles compuesta por tres volúmenes prismáticos, que se adaptan al terreno natural y van rotando sobre un mismo eje en el extremo para conformar una especie de abanico escalonado. De este modo, cada una de las plantas optimiza la superficie construida y se beneficia de la mejor orientación, obteniendo unas imponentes vistas sobre el Mar Mediterráneo desde cada uno de los espacios interiores. La materialidad de las fachadas se muestra respetuosa con el entorno para favorecer la adecuada integración. Al interior, los materiales y elementos han sido elegidos con precisión para combinar vanguardia con calidez, generando una atmósfera agradable que combina a la perfección con la luz natural, sin duda protagonista, y las inmejorables vistas del entorno.
