A diferencia de otras artes, como la pintura o la escultura, las personas viven en su día a día ineludiblemente en contacto con la arquitectura. Desde la más amplia escala de ciudad, hasta la del detalle interior de iluminación o acabados en la vivienda o el trabajo, vivimos rodeados de arquitectura; de espacios arquitectónicos. Por ello, además de disfrutar haciendo Arquitectura, de vez en cuando nos sumergimos en esas relaciones espaciales entre Arquitectura y Paisaje, ya sea éste urbano o natural.
Por lo general, los arquitectos observamos la ciudad desde un punto de vista diferente, y por ello cuando viajo y conozco una ciudad nueva, me gusta poner marco a ese punto de vista y capturar tanto los diálogos espacio-temporales como las relaciones de materialidad. Y de entre todos los materiales empleados en arquitectura, hay uno que despierta mi interés por encima de cualquiera:
LA LUZ NATURAL.
